
Un profesional los revisó, de hecho, era la cuarta revisión que les hacían y en definitiva el veredicto fue el mismo; tenía que dormirlos.
Verdaderamente fue una tarde terrible, el chequeo lo recibieron a las 16hrs y fue a las 21 hrs que los inyectaron, ambos quedaron en mis brazos y después de tantos años juntos, me tuve que despedir. Su dolor era grande y ahora su ausencia...
Por casualidades de la vida, el 12 de febrero del 2012 llegó a mi vida la posibilidad de adoptar a una cachorro criolla, curiosamente, lleva en su cuerpo peludo todos los colores de mis dos anteriores compañeros, también tiene la edad de cuando MIKE llegó a mi vida hace 12 años (6 meses) y aunque la rasa no es la misma, el carácter es muy similar, sin embargo, cuando la conocí, me robó el corazón. Cómo llegué a ella, sería una historia que contar; aunque no dejo de reconocer la gran labor de personas que se preocupan por estos seres que aparentemente no pertenecen a nadie.
No puedo negar que antes de conocerla pasaron miles de ideas, miedos y recuerdos dolorosos, no es nada fácil perder a seres tan leales y honestos, después de tantos años juntos, pero es más grande permitirse nuevamente la experiencia de compartir un espacio y un tiempo que esperemos sea muy largo.
Gracias Casa Lulix por esta alegría tan grande, de permitirnos darle un hogar a una criolla tan alegre e inteligente llamada Charlotte.
Papá adoptivo de CHARLOTTE
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